Zona Norte: la “destrucción planificada” con rostro humano

Los masivos despidos en organismos públicos no hacen más que dañar la calidad de vida de la población.

A la fecha, más de 36.000 empleados de todo el país han quedado en la calle, producto del plan de “destrucción planificada” llevado adelante por el gobierno del intolerante, autoritario y violento presidente Milei. Y hace horas nomás, desde la Secretaría de Salud de la Nación se conoció el despido de 1.400 profesionales de la salud de varios nosocomios nacionales.

Siempre dentro de este mismo esquema oficial como es “destruir el Estado desde adentro” del cual tanto se enorgullece el gobierno ante la anuencia de sus socios políticos, UCR y el PRO, en lo que respecta a la Región Norte, ayer, miércoles 15, el PAMI de Tigre fue fiel testigo del daño que se le está generando a la comunidad. Cientos de vecinos y personal del organismo nacional con el acompañamiento de dirigentes locales reclamaron por el despido de personal. De más está decir que cuanto menos personal, peor atención al afiliado. Panorama similar se observa en la ANSES y otros organismos nacionales, por caso, a través del cierre definitivo del Centro de Acceso a la Justicia (CAJ) de San Fernando.

En cuanto al PAMI, la dirigenta Paula Guevara no descartó movilizarse hacia las oficinas regionales del organismo (San Martín) a modo de impedir que se continúe con los despidos.

La crisis generada por el modelo de la ultraderecha gobernante también se traduce en el sector privado. Así como la desocupación alcanzó, en el 2024, más de 330.000 personas el daño también lo padece el sector productivo; 12.300 Pymes debieron cerrar sus puertas. Por otra parte, la industria agropecuaria, el campo, vulgarmente llamado, también está mostrando fatiga. Las quiebras de grandes grupos es una realidad efectiva. Grandes pools de siembra y exportadores como Los Grobos y Campo de Avanzada SA, por mencionar tan sólo dos grandes jugadores, están en pleno proceso de quiebra.

Lo llamativo detrás de tanto daño es observar qu no pocos empleados estatales y privados, al igual que empresarios, que hoy son víctimas del modelo, viven en carne propia el falso relato y discurso montado por Milei.