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¿Un país de locos, de mierda?. No, sí con varios locos, "farsantes" y “desequilibrados” sueltos

Con un dirigente "demagogo", "extremista de derecha", "desequilibrado, farsante", así caracterizan a Javier Milei desde el radicalismo, esta locura se terminó potenciando con el abrazo -y reparto de ministerios- del "libertario" con Macri y Bullrich.

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Por: Tano Armaleo.- Si un paracaidista checo, ruso, tano, gallego o coreano cae en Argentina y tiene la ventaja y ganas de analizar, no 200 años de historia, no, sólo los últimos dos meses, dirá: mierda, este es un país de locos. No de mierda, que se entienda bien. De mierda será para aquellos que de verdad quieren hacerlo mierda. Argentina, que quede en claro, es MARAVILLOSA, su gente, más aún.


Sin embargo, este paracaidista, seguramente tendrá una lectura apresurada, tipo turista, por lo tanto podría llegar a la conclusión de que es un país de locos y locas. Con sólo leer los diarios, ver la TV, escuchar a dirigentes y dirigentas profesarse terribles agresiones, alentar el odio, impulsar el aniquilamiento del adversario político, cortar relaciones con el Vaticano, cerrar el Banco Central, alentar la libre portación de armas, permitir la libre venta de órganos humanos, acusar a un adversario de tirar bombas en jardines de infantes y varios etcéteras más, el querido paracaidista que consume desde su celular o TV lo que le imponen y nadie del otro lado de la pantalla retruca o repregunta, caerá en la conclusión que ciertamente este es un país de locos y locas. Tanto que un candidato, con serias chances de ganar, controla la economía con todo lo que esto implica en el panorama nacional. Más locura para el pobre paracaidista.


Un paracaidista que no decodifica, por cuestiones temporales, pero, sobre todo, porque del otro lado de la pantalla se cansaron de alimentar la locura de un “dirigente demagogo, extremista de derecha, desequilibrado, farsante”, así caracterizan a Javeir Milei desde el radicalismo, tal cual expresara el senador Martín Lousteau (UCR) luego de que el candidato de la ultraderecha sellara un acuerdo -que incluye cargos ministeriales- con Mauricio Macri y la “tira bombas y mata niños” de Patricia Bullrich. No menos crítico de esta alianza entre Milei y Macri resultó Horacio Larreta, quien fue víctima de múltiples agresiones por parte de Milei. El actual jefe de gobierno de CABA coincide que la ultraderecha es un verdadero salto al vacío. No menos punzante y crítica fue Elisa Carrió quien cargó contra la “ambición destructiva” de Mauricio Macri. Desde Juntos por el Cambio no le objetan que Mauricio pretenda ser la conducción de la ultraderecha tipo VOX español; el punto es cómo llega a ese sitio: destruyendo y traicionando a sus socios.


Si el acuerdo y reparto de cargos sellado entre el “farsante”, “desequilibrado” y la “tira bomba en jardines de infantes” y el “destructivo” Mauricio Macri resultó incomprensible e indigerible fundamentalmente para la gran mayoría de la tropa de Juntos por el Cambio y en parte de La Libertad Avanza, cómo no entender que el paracaidista confunda país de locos y locas con que sí hay locos, locas y desequilibrados y desequilibradas que por una cuota de poder, por un ministerio, entregan al padre, al hermano o hermana. Lamentablemente, son locos y locas que tienen en claro la intención de montar un modelo ideológico “peligroso para el país”, tal cual dijo el radical Gerardo Morales (gobernador de Jujuy).


Con un dirigente "demagogo", "extremista de derecha", "desequilibrado", "farsante", así caracterizan a Javier Milei desde el radicalismo, la locura se terminó potenciando con el abrazo -y reparto de ministerios- a Macri y Bullrich. Algunos te lo hacen creer, otros se esfuerzan para que esto suceda. La intención no es otra que desprestigiar la política. Que todo quede en manos de unos pillos que nunca suben al escenario.

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