País en crisis, gobierno con muchos curros y oposición rearmándose
Radicales que se doblan, reaparición de Elisa Carrió e internas álgidas en el PJ donde "La Dama" movió y desestabilizó.
Por: Tano Armaleo.- A diez meses del aterrizaje del gobierno de ultraderecha que profesa un fundamentalismo económico con recetas comprobadamente fracasadas para la mayoría del sector productivo nacional y de la población, esta es la primera certeza junto a la interna gubernamental y los curros oficiales. La otra proviene de una oposición que comienza a reordenarse en medio del caos reinante. Y, fundamentalmente, por el escenario que propone el oficialismo con la riesgosa puesta en escena de la teoría amigo-enemigo, tan utilizada por el nazismo, por caso. Dentro de esta perversa teoría, Milei puso en el plano de enemigo al peronismo y, en particular, a Cristina Fernández como la síntesis del modelo a vencer. Leyendo esta suerte de sugerencia, ella, sin subirse al ring de la violencia y agresión y poniéndose en el centro de la escena, coteja con todas sus virtudes y escasa generosidad para los que considera sus "discípulos", con el primer madatario.
Hablando de curros y cosas imposibles de entender para el común de los ciudadanos. Se acaba de conocer que el prófugo Fabián Rodríguez Simón podría regresar a la Argentina luego de que su amigo José Torello cubriera una fianza de más de 3000 millones de pesos, cerca de 3 millones de dólares. Fue citado a declarar hace tres años y medio. Mientras esto sucede, Santiago “Billetera” Caputo, integrante del triángulo del poder central -las otras puntas las constituyen Karina y Javier Milei-, continúa tomando control de áreas claves del Estado. En particular las ligadas al sector energético donde el joven asesor estrella del intolerante, autoritario y agresivo presidente tiene intereses metidos. También tomó el control de la Secretaría de Salud conducida por Pablo Lugones, hombre cercano al sindicalista y empresario Luis Barrionuevo y el dirigente radical y empresario Enrique “Coti” Nosiglia.
En tren de curros y alquimia financiera, un peldaño donde el gobierno muestra laureles es en el sector que encabeza el ministro Luis “Toto” Caputo, economía. La llegada de fondos especulativos, el blanqueo de capitales que todo indica está atrayendo a grandes jugadores, evasores y no pocos narcos aseguran, está generando lo que en términos económicos algunos denominan “veranito financiero”. Dólar retraído, riesgo país por debajo de los 1000 puntos, caída de inflación, producto, fundamentalmente, de la retracción al consumo (22%) e incremento de depósitos en dólares gracias al blanqueo. No por casualidad, reducen a la AFIP a una mínima expresión. Así lo entienden expertos. Minimiza al organismo recaudador al solo objeto de evitar controlar la evasión fiscal y la fuga de divisas de grandes sectores empresariales. Especialmente el núcleo agroexportador y extractivista.
Paralelamente, la prometida destrucción del Estado comienza a dar sus frutos: más de 12.000 Pymes debieron cerrar las puertas, 210.000 personas quedaron sin trabajo, la pobreza escaló al 54%, las universidades públicas padecen el desfinanciamiento, la salud pública se destruye, jubilados ya no se hacen de los medicamentos que recibían, discapacitados quedan sin certificados oficiales, familias y jóvenes vuelven a ver en Ezeiza la salida a la crisis mientras 11 indicadores económicos de los 16 que evalúan desde el Banco Central dan a la baja.
Mientras esto sucede, y la frase de Albert Einstein cobra vigencia, “lo único más peligroso que la ignorancia es la arrogancia”, desgraciadamente ambas muchas veces marchan juntas, sectores opositores comienzan tibiamente a levantarse.
Así como el sindicalismo viene presionando, con sus más y menos, al gobierno, desde el plano partidario también asoman intentos de querer construir un andamiaje que permita derrotar a la ultraderecha gobernante. Pero, sobre todo, dar batalla cultural contra la naturalización de la violencia institucional que impone el gobierno nacional.
Sin embargo, la urgencia y necesidades populares pasan por andariveles más concretos, terrenales: conservar el trabajo, llegar a fin de mes. Y que el sector productivo nacional no continúe cerrando sus puertas.
Paralelamente a esta realidad, la política parece ir buscando algunas variantes para salir de la agenda que impone el oficialismo.
Por lo pronto, la oposición acaba de dar un pequeño paso en el Congreso: Miguel Ángel Pichetto fue designado como presidente de la bicameral revisora de cuentas, que es la responsable del control externo del sector público nacional y la supervisión de la Auditoría General de la Nación. En tanto, el peronista Mariano Recalde fue elegido vice de dicha comisión.
Siempre dentro de este ámbito legislativo, el otro paso relevante fue el dado por 12 legisladores radicales que dejaron de pertenecer al bloque oficial de la UCR que conduce Rodrigo de Loredo. Pegaron el portazo entendiendo que los “boinas blancas” parecen más oficialistas que los propios libertarios. La partida de los 12 legisladores viene impulsada, llamativamente, por el presidente de la UCR, el senador Martín Lousteau, y el diputado nacional Facundo Manes, respectivamente. Es decir, se doblaron, no se animaron a romper con la aburguesada estructura partidaria que controla la UCR como si ésta fuera una gran agencia de colocación de empleos.
Quien en medio de tanta crisis nacional, destrucción del sentido común y quiebre de valores democráticos esenciales reapareció es Elisa Carrió, la que se considera “guardiana de la ética nacional” y denunciadora serial. Pretende tallar en las elecciones del 2025, en principio, en CABA.
Con todo el peso electoral que implica a nivel país, el peronismo, principal sostén de Unión por la Patria, se encamina a una interna para elegir presidente del Partido Justicialista.
Una interna que tenía a Ricardo Quintela (gobernador de la Rioja) como único candidato hasta hace 15 días, momento en que Cristina Fernández salió al ruedo también a postularse. Salió con los botines de punta abriendo aguas y con frases hirientes para sectores internos del PJ. Lo que debiera haber sido una suerte de “trámite electoral” que contemple comprender el drama nacional que padece no sólo el afiliado peronista sino la población en su conjunto, se ha convertido en un verdadero trauma. Con un Quintela que, por lo visto, termina siendo objeto de viejos recursos electorales: la impugnación de su lista por no reunir avales necesarios. De este modo, la interna del PJ se ve empañada. CFK será, seguramente, ungida presidenta del PJ con un grado de debilidad producto de la falta de una participación del afiliado.
A pesar de que CFK desde hace tiempo viene levantando la idea de dar paso a una suerte de nuevo contrato social democrático que incluya a más sectores de los que hoy alberga UxP, en estos momentos considera que el PJ no puede tener sentados en la mesa directiva a dirigentes, gobernadores y legisladores que acompañaron, voto mediante, la Ley Bases y el desfinanciamiento educativo. Tal vez cabría preguntarse ¿de dónde obtendría más masa electoral?, ¿de Larreta, de Lousteau? ¿o erigiéndose como garante, o dique de contencion de quien considera Judas o Pilatos?. O entiende, como los hermanos Milei y Santiago Caputo que dicen no necesitar de Mauricio Macri y del PRO porque “El Loco” obtiene los votos por su propio liderazgo.
Quintela, con otro criterio de conducción, más ligado a la persuasión, considera que enfrentar a Milei impone no sólo consolidar el PJ sino conformar, en esto coincide con la ex presidenta, nuevas mayorías. Por lo tanto, contener a gobernadores como Jaldo, Jalil, al igual que al cordobés Schiaretti, sería parte de ese andamiaje tendiente a conformar nuevas mayorías.
Más allá de todas estas aristas que presenta la oposición y siguiendo el principio de que la única verdad es la realidad, lo concreto es que el gobierno nacional se encuentra frente a un panorama complejo que podría marcar el comienzo del fin.
Complejo y con millones de personas movilizadas por temas diversos y con mucha necesidad de poder contar con un horizonte esperanzador que los saque de la crisis a la cual los sometió el oficialismo, junto a manos radicales, del PRO y algunos de UxP. Es en este marco en que la oposición, y en particular el peronismo como gran impulsor de transformación política, da los primeros pasos institucionales para reordenarse y ser una alternativa de vida donde prime la tolerancia, la sensatez, el respeto a la diversidad, el trabajo digno y se de lugar a una justa distribución de la riqueza priorizando el cuidado del medio ambiente; es decir, tener una vida ordenada, previsible. Estas son las cuestiones básicas que reclama la población que toma distancia de la violencia, agresión institucional y de la destrucción del Estado que proponen el oficialismo y sus socios.
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