“Operativo ensobrados”: más intendentes y dirigentes PRO y de Juntos pegarían el salto
En su peor momento, el presidente del PRO, Mauricio Macri, se ve imposibilitado de retener la fuga.
El "triángulo de hierro" y, en particular, "El jefe" y Caputo actúan como una suerte de emperador que sube o baja el pulgar poniendo y sacando ministros y funcionarios.
Tomando como base la lógica de los hermanos Milei donde todo tiene valor de “libre mercado” y la política se desprecia y degrada, al igual a las personas que osan criticar o tener otra mirada, el “operativo ensobrados” parece estar comenzando a dar los primeros rendimientos. La partida de los intendentes Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y su par de 25 de Mayo, Ramiro Egüen, para engrosar sin miramientos las filas de La Libertad Avanza es el comienzo.
Ambos jefe comunales, vale recordar, vienen de ganar las elecciones revistiendo los colores de Juntos por el Cambio. Valenzuela, en particular, ganó abrazado al PRO. En tanto, su mujer, Daniela Reich, es senadora provincial por lo que se entiende que pasará a engrosar formalmente las filas de la ultraderecha. Ramiro Egüen comenzó militando con la denunciadora serial Margarita Stolbizer para terminar abrazado a Maurico Macri en Juntos por el Cambio. Semejante cambio generó que no pocos votantes de estos jefes comunales se sientan traicionados en materia de confianza y coherencia electoral.
Detrás de lo compra de nuevos jugadores para el gobierno de ultraderecha, “el Jefe, Karina Milei, junto a Martín Menem, son los encargados de concretar la primera avanzada del mencionado operativo. Una de las prioridades políticas es armar el partido en todo el ámbito nacional. “Esto nos da autonomía”, razonan en despachos de Casa Rosada.
Una autonomía que se complementa con esmerilar y, en lo posible, “reducir a cenizas al PRO que preside Mauricio Macri”, suele deslizar el asesor presidencial e integrante del triángulo de hierro de poder central: Santiago “Billetera” Caputo. El asesor, junto a Karina y Javier Milei, es el que define candidatos, mensajes, saca y suma ministros y controla no pocas cajas oficiales, entre ellas, los fondos reservados de la Agencia Federal de Información, 100.000 millones de pesos.
Tanto libertarios como ministros de la talla de la exmontonera de Barrio Norte, Patricia Bullrich, son de la idea que el votante del PRO ya está con el gobierno. Por lo tanto, de poco y nada “nos sirve pagar por un sello (el partido PRO) que no nos aporta nada; la gente está con Javier”, interpreta Caputo quien tiene un encono personal con Mauricio Macri. No muy distinta es la mirada de Karina Milei sobre el expresidente.
La reciente jugada de Mauricio Macri intentando cerrar filas con el gobierno proponiendo una suerte de mesa o comisión de trabajo fue leída en las filas del PRO como una clara manifestación de un líder que perdió el rumbo. No saberse de qué lado de la vida se para, si en la vereda oficialista u opositora, termina confundiendo.
A partir de esta contradicción y en el afán de cuidar sus distritos evitando que la ultraderecha le arrebate el poder local, intendentes como los mencionados pegaron el salto. No es una cuestión de ideologías, es puro negocio y especulación electoral.
En medio de semejante fractura, en el PRO no se descarta que intendentes como Guillermo Montenegro (Gral. Pueyrredón) peguen el salto.
En Zona Norte, el sanisidrense Ramón Lanús, que poco más actúa como una suerte de soldado de Patricia Bullrich, no pocos pares infieren que más temprano que tarde podría formalizar el pase. Por su parte, la intendenta Soledad Martínez (Vicente López), actual vicepresidenta del PRO nacional, no tiene en agenda alquimia entreguista. Sí podría ver conformar alguna estrategia electoral que contemple, en lo local, sumar masa libertaria.
Otros que están merodeando entregarse a la seducción del gobierno son gobernadores de Juntos, por caso, el de Mendoza, el “radical” Alfredo Cornejo, y el jujeño Carlos Sadir.
En cuanto al PRO, dirigentes como el diputado Diego Santilli parecen desvivirse por cerrar filas con los hermanos Milei. Tampoco se descarta que el presidente del bloque de diputados nacionales del PRO, Cristian Ritondo, sobre quien pesa una denuncia por supuesto enriquecimiento ilícito (ampliar nota en nuestra Web: Corrupción oficial ), en cuestión de meses se entregue a las mieles del poder formal que ofrece el “operativo ensobramiento”.
En todos estos casos donde el “operativo ensobramiento” avanza, el argumento para materializar y justificar el salto es destruir al peronismo. En realidad, el poder real lo que quiere impedir es una opción popular con sentimiento de desarrollo productivo, que cuide a la industria nacional, a la educación y salud pública, que atienda la ciencia y tecnología, y evite que las nuevas generaciones no tengan a Ezeiza como salida de la crisis, entre otras cuestiones. Al poder real poco y nada le preocupa la degradación institucional.
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