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Nuevo capítulo de la “ficción judicial, de Donald Trump a CFK

La Sala IV de Casación, integrada por confesos macristas, estará ratificando la sentencia contra la dirigente peronista.


A horas de que una nueva “ficción judicial” cubra las pantallas dando a conocer lo que ya es un secreto a los cuatro vientos -ex profesamente ventilado por los magistrados y replicado por operadores mediáticos- como es la ratificación de la condena a Cristina Fernández en la llamada “Causa Vialidad", la población se muestra distante de semejante operación judicial iniciada durante el gobierno de Mauricio Macri con el objeto de distraer a la población mientras las heladeras se mantienen vacías, los salarios no alcanzan, los haberes jubilatorios perdieron en 11 meses más del 23% al igual que los salarios, los despidos alcanzaron, en lo que va del año, a 230.000 personas, 16.500 Pymes debieron cerrar, los tarifazos no dan tregua.


A partir de una alianza entre el Poder Judicial y corporaciones empresariales ligadas a medios de comunicación se han armado causas falsas con el objeto de dejar en claro que lo nacional y popular es poco más que el diablo personificado. No por casualidad, los ataques a expresidentes como Correa, Morales, Lula y, desde otra óptica, el propio Trump que, si bien la justicia lo investiga por intento de golpe, también fue acusado por cuestiones administrativas relacionadas a la función pública. El "yankee" es tildado de populista de derecha por no pocos sectores del poder real que temen perder negocios y privilegios.


En el orden local, la persecusión judicial y mediática recayó sobre Cistina Fernández de Kirchner. En tiempos no tan lejanos, expresidentes como Yrigoyen, Perón, Illia, Alfonsín, no por casualidad también fueron víctimas de la arremetida judicial y persecución mediática. Eran populares, tenían sentimientos democráticos, de patria, de desarrollo productivo nacional y de respeto a la diversidad. Aún, cada uno de ellos, con las contradicciones del caso siempre jugaron en la misma cancha.


Dentro de viejas teorías muy usadas, por ejemplo por el nazismo, como es buscar un enemigo y destruirlo, tanto el macrismo como el actual gobierno, codo a codo con el Poder Judicial y grupos mediáticos, armaron causas que luego se descubrieron eran falsas. Presentaron, aún lo hacen, mentiras como si éstas fueran verdades reveladas. Un caso claro es el relato del 17.000% de inflación que logró frenar Milei. Siempre dentro de esta saga, la ultraderecha también recurre a denostar y agraviar a la política, al empleado público y a empresas estatales. La intención no es otra que destruir, agraviar, insultar para consolidar un modelo ideológico, en este caso, el neoliberal.


Así es como se inventó que la familia Kirchner tenía 11 millones de dólares depositados en una guarida fiscal. Fue el propio banco quien manifestó que todo el patrimonio de la entidad no llegaba a los 10 millones de dólares. No conforme con esto, el fiscal Guillermo Marijuan con las cámaras de TV se montó a una retroexcavadora en busca del PBI robado. El fiscal fue a la Patagonia a excavar en tierras desoladas mientras las transmisiones televisivas alimentaban la ficción. Como era de imaginar, nada encontraron. Extrañamente, hace unos meses el mismo fiscal aseguró que no “hay elementos" que certifiquen delito alguno que la expresidenta haya cometido en las investigaciones que el magistrado llevaba adelante.


Sin embargo, en esto de destruir al enemigo, al peronismo para ser más precisos y a todo lo que huela a popular y pueda afectar privilegios, los jueces Gustavo Hornos, presidente de la Sala IV de Casación, Mariano Hernán Borinsky y Diego Barroetaveña actuarán en consonancia con las exigencias del poder real. Volverán a condenar a CFK.


Lo llamativo es que así como ella y empresarios y funcionarios de segunda línea fueron condenados -el empresario Lázaro Báez, el exsecretario de Obras Públicas -José López-, el ex titular de la Dirección Nacional de Vialidad, Nelson Periotti, y a cinco exfuncionarios de Santa Cruz apenas entre seis y tres años de prisión, el ex ministro de Planificación Federal -Julio De Vido-, los exfuncionarios de esa cartera Abel Fatala y Carlos Kirchner -primo del expresidente Néstor Kirchner- y el exfuncionario de Santa Cruz, Héctor Garro, fueron absueltos. Correctamente, por cierto, ya que no se encontró delito alguno. Sin embargo, sí encontraron elementos judiciales en CFK cuando en términos administrativos, si hubo delito, quien debía cargar con el mismo es el Ministro del área. Cosa que no sucedió. No sucedió porque el delito no existió.


De los peritajes surgió que no hubo sobreprecios ni pagos extra a funcionarios. Tampoco que hubo direccionamiento.

Casi todo el expediente giró alrededor del hecho de que el constructor Lázaro Báez fue el que ganó 51 de las 81 obras, algo que otros empresarios que declararon en el juicio -enemigos acérrimos del santacruceño- consideraron lógico. Estos empresarios, entre ellos Angelo Calcaterra ,primo de Mauricio Macri, explicaron que por las propias características del suelo y factores climáticos y por la envergadura de la obra, muchas no resultaban rentables para ellos.  

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