Más daño para el bolsillo: pretenden eliminar el INAES, pilar fundamental de la economía nacional
En el marco de suprimir todo aquello que represente producción y trabajo nacional, el gobierno que gerencia Milei tiene en la mira a un organismo esencial que contribuye a las economías regionales y prioriza marcos solidarios y promueve el bien común.
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El gobierno de Javier Milei y su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, siguen deshuesando al Estado y lo acaba de ratificar al avanzar sobre el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) lo que pone en riesgo a uno de los pilares fundamentales de la economía argentina. Así quedó expuesto luego de conocerse la renuncia de Matías Kelly a su cargo en el directorio del organismo que ha encendido las alarmas en el sector cooperativo y mutualista, que representa aproximadamente el 10% del Producto Bruto Nacional (PBN) y es vital para la generación de empleo, la producción y la inclusión social en todo el país.
El INAES, lejos de ser un gasto superfluo para el Estado, es un ente autárquico financiado por los propios aportes de cooperativas y mutuales. Su rol no sólo es regulador sino también promotor del modelo asociativo, un modelo que ha demostrado ser clave para la sostenibilidad económica y el desarrollo de múltiples sectores productivos en la Argentina. En un contexto de crisis económica, desmantelar este organismo significa un ataque directo a miles de trabajadores y pequeños productores que encuentran en las cooperativas y mutuales una alternativa viable ante la falta de oportunidades en el mercado tradicional.
Detrás del cooperativismo y mutualismo operan, trabajan, comercializan, estiman desde el sector, cerca de 27 millones de personas. Es el tercer motor de la economía nacional. Seguramente, debido a esto y en el afán de atender al poder real, aquel que sostiene al gobierno y que tiene nombres y apellidos -empresas extractivistas, financieras y agroexportadores-, el presidente aplica la motosierra allí donde el mercado puede verse afectado. En este caso, perder competitividad frente a cooperativas y mutuales. En realidad, el que pierde es el ciudadano de a pie quien debe pagar más caro los productos de consumo diario en una economía donde la concentración de la producción es un tema que daña el bolsillo de la población.
Como decía Mario Cafiero, "la economía tiene tres motores, uno es el Estado, el otro es el Mercado y el tercero es el Asociativismo, que representa el 10% del PBI y asocia a alrededor de 27 millones de personas". Las cooperativas y mutuales son actores estratégicos en áreas claves como la producción agropecuaria, los servicios financieros, la educación, la salud y la vivienda. A lo largo de la historia han jugado un papel central en la democratización de la economía, facilitando el acceso a bienes y servicios esenciales a comunidades que, de otro modo, quedarían excluidas del sistema. Además, generan empleo genuino, promueven la economía social y solidaria y refuerzan el entramado productivo nacional.
La idea de avanzar con la eliminación del INAES bajo la lógica del ajuste fiscal es, en esencia, una medida regresiva que pone en peligro un sector que ha demostrado ser eficiente y resiliente en los momentos más difíciles de nuestra historia. Las políticas de desregulación extrema que impulsa el gobierno de Milei no hacen más que desarticular estructuras que han permitido el desarrollo de miles de emprendimientos y empresas sociales, muchas de las cuales han sido claves en la recuperación económica de diversas regiones del país.
En un país donde las desigualdades económicas y sociales son cada vez más marcadas, destruir al Inaes significa atentar contra un modelo que promueve la equidad y la inclusión. Las cooperativas y mutuales no sólo generan riqueza sino que la distribuyen de manera más justa, permitiendo que sectores históricamente postergados puedan acceder a oportunidades de progreso.
Es fundamental que la sociedad, los trabajadores, los productores y las organizaciones sociales se unan en la defensa del INAES y de todo el sector cooperativo y mutualista. No se trata sólo de proteger un organismo, sino de resguardar un modelo de economía solidaria que ha sido y sigue siendo un motor del desarrollo argentino. Frente a los embates del ajuste, la organización y la resistencia serán claves para frenar el avance de políticas que buscan desmantelar lo que tanto esfuerzo ha costado construir.
Dentro de este contexto suena fuerte la frase que dice :“la historia no se borra, la memoria no se clausura, la justicia no se negocia y la soberanía no se entrega”.
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