Los perros de Milei no se auditan, las universidades sí
A partir de un Decreto instruyó a la SIGEN a controlar lo que ya está auditado: las universidades.
“No hay peor sordo que el que no quiere oír”, reza el famoso refrán que se ajusta, ciertamente, a mentes obtusas y dominadas por el negacionismo y brutalidad cultural. Esto viene a cuento de que el gobierno del intolerante, autoritario y violento presidente Milei, decreto mediante, instruyó a la SIGEN a controlar lo que se encuentra auditado y controlado: las universidades públicas de todo el país. El control sobre los claustros universitarios, por Ley gozan de autarquía, recae en la AGN, Auditoría General de la Nación, que tiene control parlamentario. Lo que otorga un amplio marco de transparencia.
Sin embargo, el gobierno nacional, no conforme con este criterio legal imperante y en el afán de “destruir el Estado”, lo que incluye a las universidades públicas, como se observa y deslizan no pocos funcionarios y el propio presidente, vuelve a poner a la SIGEN para que controle a las universidades.
Desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) dejaron en claro que "las Universidades son autónomas y no dependen del Poder Ejecutivo Nacional. Por lo tanto, la Sigen no tiene competencias para controlarlas como tampoco tiene competencias para controlar al Poder Legislativo o al Ministerio Público. Esta no es una opinión de la Universidad: es la letra de la ley. La Sigen no aporta transparencia a las Universidades. La Sigen no publica ninguno de sus informes ni brinda ninguna información a la ciudadanía; no publica ningún tipo de información sobre las actividades de control que tiene que realizar sobre el Poder Ejecutivo, los Ministerios y las Secretarías de la Presidencia. En suma, su actividad no agrega nada a la transparencia pública del Estado ni a la información con que cuentan los ciudadanos".
A modo de que la SIGEN cargue sobre las universidades, emitieron un comunicado recordando que “un dictamen del entonces Procurador del Tesoro de la Nación, Carlos Zannini, de noviembre 2022, durante la presidencia de Alberto Fernández, había impedido a la Sindicatura auditar las universidades nacionales, situación que se revirtió el 15 de octubre último, con un dictamen firmado por el actual Procurador, Rodolfo Barra, que vuelve a otorgar a la Sindicatura General de la Nación la capacidad de auditar las universidades”.
No pocos rectores y decanos explican que la intención del gobierno en avanzar sobre la autonomía universitaria y el control por organismos que la ley no faculta, sería tan contradictoria y fuera de todas disposiciones vigentes como si las universidades exigieran una auditoria de los viajes realizados por el presidente en vuelos privados y con agenda electoralista. En tren de auditar, tal vez habría que controlar los gastos que demandan los perros del presidente. También habría que auditar el extraordinario crecimiento patrimonial de la mayoria de los funcionarios del gobierno, reclaman desde la oposición.
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