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La destrucción de la clase media es una realidad que promete profundizarse

Tarifazos en transporte, prepagas por las nubes al igual que cuotas escolares, servicios de luz, gas, agua, internet, telefonía sin control y en alza, sumado a miles de despidos y cese de actividades productivas son parte de un dañino menú servido en nombre de la "libertad".


Por. Tano Armaleo.- La pobreza se disparó, en apenas 150 días, a un 60%. Son millones de personas, cerca de 20, con nombre y apellido, que cayeron en la pobreza desde la llegada de Javier Milei. Para tomar dimensión, vale recordar que durante los últimos dos gobiernos la pobreza creció cerca de un 10% más en cada período gubernamental. ¿Qué revela el modelo político puesto en marcha por la ultraderecha encarnada por Javier Milei?: la destrucción de la clase media.


Tal vez pueda resultar un tanto reiterativo recordar que Milei, más allá de sus diálogos con “sus “hijos de cuatro patas”, de sentirse portador de un mensaje del cielo y profético y si está desquiciado y desequilibrado emocionalmente, en realidad actúa y opera en función de lo que le impone un selecto grupo de empresarios. Así como el primer mandatario llega apalancado por Aeropuertos Argentina 2000 (Eurnekián), al igual que el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, empresarios como Eduardo Elsztain, Marcos Galperin, Paolo Rocca (Grupo Techint), Marcelo Mindlin, (Pampa energía), Vilas-Manzano (Grupo América) coronaron áreas estratégicas (Ministerios y Secretarías) del gobierno nacional. No menos fuerte son los grupos financieros especulativos con Luis “Toto” Caputo, el “Messi de las finanzas” en economía a la cabeza y, detrás del telón, Federico Sturzenegger como asesor estrella del presidente.


Lo de la destrucción de la clase media no es una apreciación o un concepto caprichoso. Fue el propio Paolo Rocca quien, en varias oportunidades, insistió que “Argentina tiene salarios muy altos comparados con el resto de Latinoamérica”. Comenzó a plantearlo en el 2010 cuando el promedio salarial en el país superaba los 1000 dólares; la media de un trabajador (clase media) orillaba los $4.000 mensual; valor dólar: 3,10. Un haber jubilatorio rondaba los 500 dólares. En esto de tener salarios altos, otro que de manera pública bregaba por baja salarial y menos leyes laborales era el empresario Cristiano Rattazzi. No muy distante se ubica el resto de los empresarios que dan cuerda al presidente Milei para que suba al ring de la intolerancia y agresión mientras la situación de la clase media y Pymes se va desmoronado. 


Una clara muestra de la destrucción a que está siendo sometida la clase media, y por ende el sector productivo nacional (Pymes y economías regionales que abastecen el mercado interno), puede resumirse en el DNU que faculta, por ejemplo, a no pocos tarifazos.


Así como las prepagas y cuotas de colegios aumentan de manera constante y desmedida por arriba de la inflación, lo propio sucede con los pagos de facturas de luz, gas y agua, por caso. Tarifazos, vale mencionar, que padecen no sólo los sectores medios. Clubes, comercios locales y Pymes son la muestra elocuente de los efectos que genera el modelo que reivindica Milei.


Desde la Unión Industrial Argentina (UIA), pasando por CAME y hasta la propia Sociedad Rural, dan un panorama sombrío en cuanto a indicadores económicos. Mientras el gobierno se ufana y entusiasma con la baja de la inflación, la clase media, el comercio y las Pymes le dicen: no tenemos plata, no han consumo, no se vende. De 12 indicadores económicos que mide el desarrollo económico del país, 9 dan a la baja, denunció la UIA. Por su parte, CAME viene de revelar una caída del 28% en el consumo, ventas en comercios. También hay menor consumo de combustibles, 11%; la AFIP también manifiesta que la recaudación del IVA -que determina consumo- cayó por arriba del 20%. Otro rubro que denuncia la gravedad de la situación económica es la caída de importaciones. No menos alentador es el cuadro que revela el Banco Central, Expectativas de Mercado (REM). La tasa -explica el Banco Central-  de desocupación abierta para el primer trimestre del año se proyectó en 7,1% de la Población Económicamente Activa (PEA) implicando una reducción de 0,6 p.p. respecto al REM previo. Para el Top-10, la tasa de desempleo se ubicaría también en 7,1% en igual período. 


Ni hablar del daño que se está materializando a partir de la eliminación de la obra pública. Es la Cámara Argentina de la Construcción quien, además de denunciar la crisis por la que atraviesa, augura más de 50 mil despidos en el sector; esto en una primera etapa. La evaluación de empresarios de la construcción es que la cifra de despidos llegaría a las 100 mil personas.


Sin embargo, el otro lado de la moneda la ofrecen empresas de servicios, bancos, financieras y empresas extractivistas (petróleo, mineras) con balances superlativos. El modelo es claramente favorable para un sector muy reducido de la economía: grandes empresas, PyMes, economías regionales ¡afuera!, dice Milei.


Si la industria Pyme, y algunas multinacionales como automotrices y productoras de consumos masivos ya están promoviendo planes de retiros voluntarios, despidos y cese de actividades, el gobierno acaba de anunciar un plan de despido que compromete a cerca de 180 mil empleados. Se trata de trabajadores estatales vinculados a empresas que el gobierno privatizará o directamente bajarán las persianas. La Ley de Bases que recibió media sanción en diputados y va en busca de luz verde en el senado, y mientras el DNU 70/2023 continúa en vigencia, los despidos en el Estado son una realidad efectiva. Empleados típicos de una clase media que quedarán en la calle y sin solución de continuidad laboral ya que las industrias y el comercio también están siendo afectados por el modelo llevado delante por el gobierno nacional.

 

Como se observa, esta suerte de plan de destrucción de clase media es un camino que promete llevar el desempleo a dos dígitos, a valores similares a los del gobierno de Menem, 20%.


La mentada teoría del derrame, el libre mercado, que promete el gobierno, como se sabe por experiencias mundiales, nunca llega a la clase media. El producto de esta teoría neoliberal es que el mundo registra una fuerte contracción de la clase media. Europa es un claro ejemplo de deterioro de clase media a raíz de un retiro activo del Estado como promotor de la economía y garante de contención social. No así los EE.UU que, a partir de una fuerte presencia y regulación Estatal, y de lograr dólares a expensas de países emergentes, los reiterados déficits fiscales terminan siendo cubiertos con el esfuerzo que aportan otros países.

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