La brutalidad chapucera de Sturzenegger nos sale muy, muy cara
"Es imprescindible bajar los costos portuarios y de las vías de navegación en Argentina, pero no es con malas prácticas de navegación que se los bajan".
Columna de Opinión: Lucas Boyanovsky*
Hace pocas horas el Buque Bosphorus Asia zafaba de la varadura en el Río Paraná, cerca de la Vuelta de Obligado, utilizando un costosísimo servicio de remolcadores, de varios miles de dólares, que es lo que se "ahorró" por no utilizar prácticos; varios miles más que lo que se cobra por el servicio de practicaje, que entre otras cosas se paga para no quedarse varado. Estos son los resultados del desconocimiento y falta de seriedad que tiene Sturzenegger. El desconocimiento absoluto y la búsqueda de titulares en redes y medios de comunicación lo llevan a plantear que los prácticos son una cuestión innecesaria, un club de privilegiados que no permiten que cualquier persona haga un curso para tener ese privilegio.
Es gracioso porque, entre los navegantes y la industria naval, el practicaje es una de las profesiones o actividades más respetadas. Los prácticos, capitanes de ultramar con enorme experiencia trabajan y dan servicios en casi todos los puertos del mundo. Hoy ese desconocimiento aplicado sin pudor en la desregulación de las vías de navegación de nuestro país permitió que un Bull Carrier sin práctico a bordo quede varado sobre un banco de arena. ¿Cuántos miles de dólares más le costaron al armador aprovechar esa supuesta ventaja?, ¿cuánto le costó en tiempos de retraso?. El buque ahora está fondeado en Ramallo esperando: quizás tiene que hacer alguna inspección de casco; quizás tenga dificultades con el contrato de fletamento por el laytime. También la varadura pudo detener y frenar la navegación. Éstos son los resultados de la política chapucera.
¿Es imprescindible bajar los costos portuarios y de las vías de navegación en Argentina? Sí. Un país continente alejado de los grandes puertos del mundo con costos logísticos altísimos necesita modificar y mejorar la entrada y salida del comercio exterior. Pero no es con malas prácticas de navegación que se bajan los costos. Si de verdad existe esa vocación deberíamos ver como se bajan los costos portuarios y, por ejemplo, Buenos Aires deja de valer 5 veces más que Montevideo; o el dragado de la Hidrovía acepta competencia entre sus oferentes para tener un servicio de valores lógicos, no entregado ni a los amigos de unos ni a los reyes de Europa.
Hace poco leí que las vías navegables no agregan ni una hectárea más de tierra cultivada ni una tonelada más de acero producido, pero permiten conectar el producto con quien lo demanda, en el lugar que sea.
*Constructor naval, empresario del sector y concejal UxP Vicente López
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