Feriado administrativo en San Fernando
Por ser el día de Aránzazu, su Patrona.
Foto archivo
Con motivo de celebrarse el 8 de septiembre el Día de la Patrona de Victoria, la Virgen de Aránzazu Patrona, el lunes 9 será feriado administrativo en lo que respecta a las actividades municipales. El resto de los servicios operan con normalidad.
La historia recuerda que el año 1469, un pastorcito llamado Rodrigo de Balzategui, recorriendo junto a sus cabras las faldas de la montaña de Aloña, se sorprende al encontrar sobre un verde espino la imagen de la Virgen María, de pequeña proporción, con la figura de su hijo en brazos y una campana a manera de gran cencerro al lado.
En aquel momento, el pueblo vasco estaba envuelto en constantes guerrillas y luchas intestinas, donde oñacinos y gamboínos combatían a muerte. Ese panorama desolador se había agravado por la inacción en las faenas agrícolas y por una prolongada e implacable sequía, de interminables dos años de duración.
En ese angustiante momento, al borde de la ruina total, apareció en Aloña la imagen de Aránzazu. Para los creyentes, Aránzazu tendía su mano salvadora.
Aránzazu llevó un mensaje de paz para la turbulenta época y así lo comprendió el pueblo al escuchar las palabras del pastor: "Padres y Hermanos, ¿por qué os cansáis en hacer tantas procesiones?, sabed que más allá de Gesalza, hallaréis una Santica sobre un espino. Está sin Hermita, ni cubierta; y si no la vais a ver y a visitar en procesión allá, no lloverá".
Un grupo acompañó al pastor hacia el intrincado lugar y corroboraron con asombro sus dichos.
Al regresar a la villa de Oñate, entonando cantos de alabanza comenzó un hecho impactante: comenzó a llover torrencialmente.
El milagro de la manifestación de la Virgen, así como el prodigio de la repentina lluvia recorrieron rápidamente el país y con ella la esperanza de una paz duradera.
A los pies de la Virgen de Aránzazu, se citaron por primera vez sin armas los jefes de los bandos: "Aquellos hombres, rudos para la guerra y blandos para la piedad, se desprendían voluntariamente de la coraza de vanidad y amor propio para humillarse ante la Madre".
Así nació una Cofradía de Aránzazu, conformada por personas de Oñate y Mondragón, que por años ansiaron su mutua destrucción, transformando el odio en perdón y fuerza creadora.
El significado de su nombre
Como lo muestra su significación etimológica, "Arantza-zu" era un lugar abundante en espinos, con tupidos bosques. Al ver la imagen mariana, el asombrado pastorcito exclamó "¿Arantzan zu? (¿tú en el espino?).
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