“El radicalismo fue violentado por las ideas neoliberales”

A través de un documento emitido por el Instituto de Pensamiento radical Arturo Illia dejaron en claro, no solo la historia partidaria, sino valores y convicciones que debe defender el partido

Foto: Illia

“Desde la Convención Nacional de marzo de 2015 la doctrina humanista de la Unión Cívica Radical ha sido soslayada y violentada por las ideas neoliberales”, dice el documento emitido por el Instituto de Pensamiento radical Arturo Illia al cual tuvo acceso Lo Nuestro. Además, recuerdan que, “hoy nadie conoce cuál es el pensamiento de la UCR en educación, en política social, en economía, en temas de trabajo, en seguridad, en justicia, en política internacional, en políticas de salud, etc. Y no conocemos este pensamiento porque la UCR institucionalmente no discute estos temas. No trabaja para resolverle los problemas al ciudadano. La ocupación de cargos públicos parece haber sido la única misión de la dirigencia ucerreísta desde Gualeguaychú hasta acá”, detalla otro de los párrafos del documento del mencionado Instituto cuya presidencia honoraria recae en Leandro Hipólito Illia; e integrando entre otros, por Gustavo Bermann, Cristina Noemí Clavero, Susana Graciela Defunchio , Enrique Dellisola , Martin Ferreres, Eduardo Zimmermann, Miguel Ángel Giménez Myriam, Alicia Martire Ricardo Massacane y los vicentelopense Néstor Ríos y Alejandro Terceiro. Además, el escrito, recuerda que “el Plan Nacional de Desarrollo 1965-1969 nos ubica muy cerca de ser un país del primer mundo. Ese es el modelo que pretende tomar este instituto proyectando a nuestro país hacia el futuro. Hoy nos toca contemplar que los ideales de humanismo y equidad han sido desvirtuados, adulterados, vaciando el núcleo nutricional de nuestros valores auténticos, porque la UCR no irrumpe en la historia para ser causa de los dueños de los medios de producción ni ha preconizado la lucha de clases, su revolución nació con el profundo sentido de ser leal a la Constitución Nacional, humanista y federal”. Con un tono crítico hacia la estructura del poder partidario que, a la luz de los acontecimientos políticos de los últimos años ha sido un sumiso socio del macrismo, el radicalismo que no olvida sus raíces expresan que “la llegada a los cargos legislativos o gubernamentales tiene que tener la condición indispensable de contar con soluciones programáticas. Y esos programas tienen que ser la herramienta concreta para resolver: la pobreza, la mala educación o la no educación, la falta de trabajo y de trabajos calificados, los montos miserables que cobran los jubilados, la carencia de una infraestructura mínima para que la Argentina pueda desarrollar todo su potencial socioeconómico, los serios problemas sanitarios, la inseguridad pública y privada, la inflación que desgasta mes a mes los salarios, la ausencia de una red ferroviaria que abarate los costos de traslado, la permanente evasión de impuestos que articulan las grandes corporaciones”, entre otras cuestiones. Son dirigentes que desde el mismo momento en que la UCR selló acuerdo con la derecha representada por el PRO, que tal cual definía Raúl Alfonsín debía ser el límite, caso contrario, “preferible perder elecciones” antes que entregar principios, vienen militando por todos los medios volver a ser el partido que alguna vez lo fue.