El presidente Milei, ¿avala la usurpación inglesa, el narcotráfico y el lavado de dinero?
Así se desprende de su exposición ante la Comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, y el embajador de los EE.UU
Por: Tano Armaleo.- Cuando todavía no se escuchan millones de voces repudiando la intromisión de los EE.UU en la política nacional, que quedó claramente expresado al momento en que el presidente Javier Milei se mostrara de manera burda y sumisa frente a la Comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, y el embajador del país del norte, se conoció una preocupante definición del primer mandatario argentino. La misma no hace más que avalar la usurpación del Reino Unido de las Islas Malvinas.
Lo llamativo fue que el intolerante, agresivo y autoritario presidente dijo lo que dijo frente a militares y en la provincia de Tierra del Fuego, donde el tema Malvinas -soberanía nacional-, tiene un valor especial toda vez que la cercanía con las islas robadas, vale reiterar, por el imperio británico con la anuencia de los EE.UU., cobra un valor especia. Lo vivido durante la guerra del 82 quedó sellado en la memoria de la población del sur de manera intensa. No muy distinto a lo que le sucede a más de 40 millones de argentinos.
Sin embargo, este sentimiento no parece ser tal en Milei y en sus socios de Juntos por el Cambio. El presidente, por lo visto, sólo tiene capacidad para atender y dar cabida a un modelo ideológico que está destruyendo salarios, bolsillos, industrias y comercios a base de devaluación, tarifazos, liberación de precios e importación sin restricciones. Paralelamente, y mientras no se cansa de decir "no hay plata", el gobierno autorizó la compra de aviones de guerras. Más de 600 millones de dólares. Aviones, vale mencionar, de fabricación estadounidense.
En boca de Milei estuvo decir, frente a los representantes del poder de los EE.UU., lo siguiente:
Frente a semejante locura política, quien salió al cruce fue el ex presidente Alberto Fernández. Al respecto dijo.
El Presidente argentino, hablando de “expansiones territoriales”, disfrazado de militar junto a una autoridad del ejército de Estados Unidos, nos llena de vergüenza como Nación. Temo que el Presidente de Argentina, no tomó nota ni del fin de la guerra fría ni de la geopolítica que hoy se observa en el mundo. Su servilismo es humillante. Creo que nadie le pidió tanto. Ni las autoridades de los Estados Unidos.
Sabido es que Argentina no tiene ambiciones expansionistas a expensas de territorios ajenos. Sí tiene vocación y decisión política, por lo menos en aquellos que tienen sentimiento de patria, nación y república, en exigir soberanía sobre lo que británicos, con ayuda de la OTAN, se robaron. Sin embargo, el presidente entiende y abona, así se infiere, la teoría de apropiarse de tierras ajenas al sostener que “las ideas de la libertad pudieron emprender las expansiones territoriales más importantes de sus historias a la altura de su ambición y vitalidad".
No es ningún secreto que detrás de esa avanzada sobre tierras ajenas subyace el interés por aprovecharse de recursos naturales, controlar sus economías, facilitar el narcotráfico y el lavado de dinero, tal cual queda certificado con sólo analizar lo que sucede en gran parte de Latinoamérica cuando gobiernos cipayos se inclinan ante el imperio del Dios Dinero. Por lo visto, Milei no quiere quedar fuera del radar expansionista de los EE.UU y de los negocios sucios que aquel país dice combatir, por caso narcotráfico, cuando, en realidad, es el principal consumidor de drogas en el mundo y gran lavador de dinero a través de paraísos fiscales asentados en aquel país del norte.
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