Deuda, devaluación, inflación, viejas recetas, nuevo fracaso
- Editorial Tobel
- hace 22 horas
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El presidente anunció la toma de nueva deuda con el FMI y el Banco Mundial para tapar el descarrilamiento de la economía. Se aceita la bicicleta financiera. Ausencia total de un modelo de producción y desarrollo nacional.

El gobierno debió recurrir al FMI y al Banco Mundial para salvar los “trapos”. Endeudó nuevamente al país -23.000 millones de dólares- para frenar la disparada del dólar y una inflación que viene creciendo mes a mes tal cual revela el INDEC. Pero, sobre todo, debió tomar deudas para cubrir el fracaso del modelo que lleva adelante el gobierno de Milei junto a sus socios del PRO y la UCR. Y algunos legisladores adquiridos en el peronismo.
Argentina recibirá, el martes, 12.000 millones de dólares por parte del FMI. Los recibirá a cambio de una devaluación del 30% disfrazada de banda cambiaria, junto a una liberación (restringida) del cepo para la compra de divisas.
Detrás del riesgoso endeudamiento se oculta, además del fracaso del modelo, la utilización de viejas recetas. Sin ánimo de hurgar en el largo historial nacional, en el 2018 el entonces ministro, Luis Caputo, sólo que bajo la tutela del gobierno de Juntos por el Cambio, recurrió a la misma receta. Tomar deuda externa para tapar la fuga de capital y cubrir las espaldas de grupos financieros y bancarios. En el 2025, en una Argentina atravesada por la especulación financiera, y como queda expuesto, lejos del andamiaje productivo nacional, Caputo convenció a Milei de echar mano a la deuda externa. Más dólares para cubrir deudas y respaldar la salida de divisas que han comenzado a llevarse bonistas e inversores financieros internacionales desde hace unos meses a la fecha.
Los especuladores leyeron, hace varios meses atrás, que el modelo de tasas altas no les reportaba ingresos. La denominada bicicleta financiera, donde se monta el modelo del gobierno, dejó de ser un lucrativo negocio para estos sectores de la economía financiera. Ahora, el gobierno les promete que las tasas bancarias volverán a niveles superlativos. Se especula que el interés bancario podría rondar el 5% mensual. De consumarse semejante escenario y con un dólar controlado en $1.400, la bicicleta financiera se verá aceitada. Traer dólares, ponerlos a plazos fijos o bonos para obtener alta rentabilidad y con esta comprar dólares baratos para sacarlos del país. Es decir, viejas recetas con resultados conocidos. Los países cuidan sus industrias, a sus trabajadores, mientras Argentina va a contramano.
El presidente no habla de modelo productivo a la hora de justificar la deuda con la que acaba de dañar la calidad de vida de millones de argentinos. Tampoco se refiere a un modelo de inversión para el desarrollo productivo o de obras públicas que, además de mejorar la vida de la comunidad, contribuye a mover la maquinaria de la producción y el trabajo. El modelo es otro. Es el basado en la explotación de recursos naturales y en la especulación financiera.
En este contexto, el FMI condicionó la entrega de dinero a cambio de una mayor reforma jubilatoria que implica dejar a millones de personas sin acceso a la misma. El nuevo endeudamiento también trae la exigencia de una reforma laboral. Más horas de trabajo, menos salarios, menos derechos laborales: precarización. El combo cierra con sacar a la actividad sindical del carretel de las discusiones laborales. Es decir, desproteger al trabajador. El gobierno, vale mencionar, ya avanzó en el plano judicial. En este ámbito, el trabajador en negro, por caso, quedó en clara desventaja legal producto de los Decretos del intolerante y violento presidente.