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Cierre del Congreso: Argentina en la peor degradación institucional de los últimos 40 años

A base de Decretos el gobierno, con altos indicios de corrupción, está generando un daño inconmensurable en cuanto a valores y principios democráticos se refieren.

No hace falta ser un experimentado analista político o sociólogo para comprender que Argentina atraviesa la peor degradación institucional de los últimos 42 años. Dentro del plan de destrucción planificada que contempla “destruir el Estado desde adentro”, del cual tanto se ufana el gobierno nacional, horadar institucionalidad, valores democráticos esenciales, dañar la vida de millones de personas, al igual que atacar e insultar a quienes piensan distinto es tan sólo parte de la agresiva y violenta agenda del presidente Milei.

 

Lo más grave es la naturalización que se hace de los actos y gestos políticos del intolerante, autoritario y agresivo presidente.


Lo naturaliza un sector de la población y también factores de poder como son los medios de comunicación y dirigentes políticos cooptados y, seguramente, seducidos por prebendas oficiales tal cual quedó expuesto con el sorprendente enriquecimiento de no pocos legisladores que votaron leyes solicitadas por el gobierno. En esta saga se ubican los conocidos casos del senador Kueider y Cristian Ritondo (presidente del bloque PRO), ampliar datos en nuestra WEB: Corrupción oficial: el turno de Ritondo, ¿la venganza del calabrés?

 

Para solventar la degradación institucional el gobierno dispone de un verdadero ejército de troles que opera en Casa Rosada a metros de la Sala de Prensa. En ese ámbito, que depende del asesor estrella, Santiago “Billetera” Caputo, se manipulan las redes sociales emitiendo mensajes falsos y atacando a todo aquel que opine o se oponga al gobierno nacional. Todo hace suponer que este ejército de troles al igual que operadores mediáticos cercanos al gobierno reciben dinero de la AFI (Agencia Federal de Investigaciones). Dinero que también podría haber sido derivado a la compra de legisladores.

 

No conforme con semejante actitud, Milei, con la anuencia de sus amanuenses políticos, gobierna prácticamente por Decreto, desestimando al Congreso de la Nación. Por sus propias características psicológicas y fundamentalismo ideológico, el primer mandatario no cree en el diálogo, en la búsqueda de consensos en la resolución de conflictos. Tampoco tallar en la puja de intereses. Sólo atiende de un lado del mostrador: el del poder real que ostenta un puñado de empresarios. Un poder real al cual el primer mandatario se entrega sin musitar. Se entrega como si fuera el empleado del mes alineándose, innecesaria y peligrosamente, a los intereses nacionales, a los EE.UU e Israel. También se rinde ante los pies de empresarios como Elon Musk perdiendo de vista que es el presidente de la nación argentina. Se sube a escenarios internacionales de ultraderecha para degradar la política con discursos que distan de la razón y pensamiento críticos. Es un verdadero terraplanista ambiental y del pensamiento. Es un dirigente político limitado. Es la brutalidad institucional llevada a esferas internacionales. Degrada a nivel nacional e internacional.

 

De poco y nada sirven las críticas de algunos pocos sectores de la oposición -por caso PJ-UxP, socialistas, Espacio Democrático y FIT- objetando el daño que le está causando al país desde lo institucional que no hace más que afectar al ciudadano de a pie, a la producción y al trabajo.

 

Dando una nueva muestra de desdén y desprecio institucional, el presidente, presionado por la realidad, llamó a sesiones extraordinarias. Lo hizo mediante el decreto 23/2025 publicado en el Boletín Oficial. El período de sesiones comenzará el 20 de enero y finalizará el 21 de febrero.

 

Una convocatoria extraordinaria que no atiende la agenda y mucho menos las necesidades de la población. En principio abordará la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y el pliego que necesitan acuerdos del Senado, entre ellos, los de los jueces para la Corte Suprema. No se discutirá el Presupuesto 2025.


La Argentina que impulsa el mascarón de proa se ubica más cerca de ser una república bananera, autocrática, que una nación soberana y democrática. Así como Milei degrada, lo propio manifiestan diputados como el gorilón Benegas Lynch (LLA) quien propone cerrar el Congreso para convertirlo en un ámbito legislativo para gente adinerada.

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