Bahía Blanca: dolor, solidaridad y llamado de atención no escuchado
- Editorial Tobel
- 10 mar
- 2 Min. de lectura
Con más de 16 muertes y destrucción inconmensurable en términos sociales, la ciudad recibe el afecto y solidaridad del país. La falta de planificación urbana, que en parte hubiese mitigado los daños, al igual que el negacionismo por el cambio climático y la eliminación de la obra pública juegan contra el interés de la población, Bahía Blanca es una muestra.

Con varios barrios con las aguas que no escurren con la fluidez que la población requiere, el dolor y la solidaridad atraviesan Bahía Blanca y al resto del país. Con 16 muertes registradas y cerca de 100 personas desaparecidas, la población no termina de comprender semejante “saña” con una ciudad que hace 15 meses había sido azotada por un terrible temporal que también cargó vidas y dejó daños materiales de consideración.
Detrás de semejante daño humano y ambiental surge la pregunta que no pocos se hacen: ¿se podría haber evitado o mitigado el daño?. Lo primero que hay que comprender es que la naturaleza tiene sus propios parámetros. Actúa como hace millones de años, sólo que en muchos casos se ve “agredida” e “invadida” por manos humanas. Allí donde las aguas escurrían, actualmente ciudades enteras irrumpen el paso. Un par de meses atrás, vale recordar, la ciudad de Valencia (España) sufrió fuertes tormentas e inundaciones destruyendo miles de viviendas y llevándose la vida de más de 200 personas.
Detrás de tantas tragedias, surge un tema que no todos los gobiernos atienden con la debida seriedad y responsabilidad institucional: el cambio climático. Una realidad que atraviesa el planeta sin distinguir cuestiones sociales, económicos o políticas. Minimizar los efectos del cambio climático es dejar a la naturaleza que actúe, por caso, como sucedió en Bahía Blanca.
En el 2012 científicos del CONICET advertían que la ubicación de la ciudad, en la parte baja del arroyo Napostá y el canal Maldonado, hacía que el agua se acumulara rápidamente, aumentando el peligro de anegamientos.
Donaciones
Así como muchos municipios reciben donaciones, entidades gremiales y políticas practican el mismo sentimiento solidario.
Desde el gremio docente (Suteba) reciben donaciones en Avda. Maipú 1941, Vicente López.

Por su parte, militantes ambientalistas advirtieron que esto se debe a la crisis climática y que hay que actuar en consecuencia. Al respecto, Hugo Pizzi, médico infectólogo, destacó en declaraciones a la prensa que "ante estos fenómenos meteorológicos es muy poco lo que puede hacer el ser humano. En septiembre nos avisaron que iban a venir fenómenos meteorológicos donde van a existir cuadros o regímenes pluviométricos alterados que van a tener 200 milímetros en 2 horas, 300 en 3 horas".
No atender la agenda del cambio climático, no planificar al respecto y eliminar la obra pública, a la luz de los acontecimientos bien podría ser considerado crímenes de lesa humanidad. Si a esta realidad se le suma que no pocos políticos creen que el cambio climático es un invento del comunismo, por lo tanto, no es de extrañar que estos fenómenos se lleven sueños y vidas.
Un país, una provincia o un municipio que no atienda estos efectos naturales, que no articule con toda la comunidad y organismos públicos, no habrá entendido, o no quiere entender, que la realidad también se los llevará a ellos puestos.
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