Arde el PRO: Soledad Martínez hace sentir su peso, Lanús a pasos de cerrar filas con Milei
- Editorial Tobel
- hace 1 día
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Una nueva puesta en escena entre Karina Milei y el presidente del PRO provincial, Cristian Ritondo, junto al intendente Guillermo Montenegro y Diego Santilli confirma la crisis partidaria. "LLA no quiere acuerdo y los lleva dormidos a los de la foto", dicen en las cercanías de Mauricio Macri.

La reciente foto del diputado nacional y presidente del PRO de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, acompañado por el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y Diego Santilli, junto a Karina Milei y Sebastián Parejas en Casa Rosada, fue una nueva muestra del desorden y falta de conducción dentro de las filas del PRO. Un PRO fracturado y sin rumbo claro donde cada un parece atender su juego.
Una Patricia Bullrich encuadrada detrás de Milei y un Horacio Rodríguez Larreta emprendiendo su propia construcción política creando Movimiento al Desarrollo son la muestra de un PRO que no termina por definir de qué lado de la vida se ubica.
El ciudadano de a pie no termina por comprender si esta dirigencia actúa como oficialista sin derechos, caso Bullrich, o socios sin voz. En esta última saga fue el lugar que le asignaron a Mauricio Macri (Presidente del partido a nivel nacional).
Dentro de este contexto, intendentes PRO de la provincia de Buenos Aires han comenzado a mover sus piezas con miras a las elecciones. Quien, de algún modo, picó en punta fue el jefe comunal de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. El intendente argumenta que “los argentinos eligieron un rumbo”, el que tiene como mascarón de proa al autoritario e intolerante Javier Milei.
Los diputados Ritondo, Santilli y el intendente Montenegro no se tiran abiertamente a la pileta de La Libertad Avanza. Sin embargo, están solicitando que el bañero les abra urgentemente la ducha para, luego sí, pasar a bañarse en las aguas de la ultraderecha gobernante. La foto junto a Karina Milei, el jefe, la que arma y decide por su hermano, el presidente, es la que considera que “los soldados se compran de a uno”. No muy distinto es lo que interpreta Sebastián Parejas, armador provincial de LLA. El ex menemista y ex PRO, ahora devenido a ultramileísta, deja trascender que “el PRO es un sello que quieren cuidar un par de dirigentes; la gente vota a Javier”. Basado en este principio de "comprar soldados de a uno”, tal vez se comprenda la foto -reiterada- de Ritondo con “El Jefe”, Karina Milei.
En tren de desestimar y bajarle el precio a estas puestas en escena, no pocos dirigentes nacionales del PRO dicen que “mientras sean sólo expresiones de deseo, una jugada de Ritondo como presidente del PRO de la provincia, todo bien, de ahí no pasa”. Y agregó: “cuando llegue el momento de otras conversaciones más concretas (si es que las hay), cambiaremos”.
En la conducción del PRO apuestan a “un frente de partidos, no integración ni fusión ni dirigentes sueltos”, aclaran. Y explican que el “bolonqui es que LLA no quiere acuerdo y los lleva dormidos a los de la foto. No quieren frente ni nada”.
En este contexto, el intendente Ramón Lanús -ligado a Patricia Bullrich- no descarta sellar un acuerdo electoral con La Libertad Avanza en San Isidro. Un acuerdo que priorizaría la hegemonía electoral lograda por el intendente en el 2023. Sin embargo, los libertarios que, vale destacar, tienen a varios dirigentes enfrentados entre sí, pretenden disputar listas de concejales de igual a igual con el PRO de Lanús. La debilidad política del jefe comunal podría jugarle en contra a la hora de enfrentar las elecciones. El ex intendente, Gustavo Posse, anunció que encabezará una lista vecinal como candidato a concejal.
Un dato no menor es que Patricia Bullrich, entre sus acuerdos sellados con los hermanos Milei, pide respetar los distritos como San Isidro. El jefe comunal responde a la Ministra de Seguridad, por lo tanto, el acuerdo es “no me jodan donde tengo a mi gente”.
Más tranquila se muestra la intendenta de Vicente López y vicepresidenta del PRO nacional, Soledad Martínez. Sin bien se le indilga falencia en el manejo de construcción política y un excesivo bajo perfil, Soledad Martínez cuenta con una buena consideración de la comunidad local. Y, sobre todo, no tiene enfrente estructuras políticas que puedan mellar la musculatura electoral que ha mostrado en las últimas elecciones.
La ultraderecha enrolada en La Libertad Avanza presenta, en este distrito, una disputa entre dirigentes no muy distinta a lo que sucede en otros municipios. Se desesperan por ser candidatas/os. Pagan por serlo.
LLA transita entre los que buscan acomodar sus intereses uniéndose en una lista con el PRO y los que entienden que hay que enfrentar al oficialismo municipal. Lo cierto es que ni unos ni otros tienen juego político propio. Los libertarios no deciden por sí mismos. Responden a lo que les ordenan desde arriba: léase Sebastián Parejas, y éste a las órdenes de Karina Milei, El jefe.
Soledad Martínez sabe de estos vaivenes en la vereda opositora. A muchos de ellos los seduce y atrae incorporándolos a las estructuras oficiales, en particular, en el Concejo Deliberante.
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