Al pacto secreto Macri-Milei, Victoria Villarruel lo tomó “para el orto”
Los macristas Germán Garavano, Diego Santilli, Patricia Bullrich y Guillermo Dietrich encabezarían ministerios. La negociación política impuesta por el ex presidente incluye el control del Banco Central, la AFI e YPF.
Foto archivo
Por. Tano Armaleo.-El coqueteo, la seducción que Mauricio Macri venía profesando sobre la humanidad de Javier Milei se remonta a mucho antes de las PASO. Una seducción que el candidato ultraderechista nunca esquivó de manera pública. Tanto que Patricia Bullrich, en pleno proceso electoral, se envalentonó y salió a cuestionar esta seducción de manera pública. Sin embargo, Mauricio Macri, como quien tiene en sus manos resortes que podrían dejar mal parados a caminantes erráticos, selló un pacto secreto, ya no tanto, con Milei.
Lo cerró al punto de que el lunes, en su casa de Acassuso, el ex presidente presentó el negocio cerrado ante una sorprendida Bullrich y no menos desencajados Diego Santilli y Cristian Ritondo, todos partes activas del PRO. Sin musitar y tomando el paquete armado por Macri, la tropa del PRO tragó saliva, no atinó a decir nada -así cuenta quien vio la escena- y salieron raudamente a presentar lo que el ex presidente les encomendó: fortalecer la nueva alianza de extrema derecha, una suerte de VOX española. Una alianza que implica, tal cual detalló Macri a su círculo de mayor confianza, que no son ni Bullrich ni mucho menos Ritondo y Santilli, el reparto de Ministerios, el diseño de la nueva campaña electoral y el aporte de más de 10 millones de dólares para sostener al intolerante que deberá enfrentar a Sergio Massa en las urnas.
Aún sabiendo que esta negociación tildada por los radicales de espuria y traicionera, implicaría una ruptura -ya no sólo con el resto del PRO, por caso Horacio Larreta- sino que también impresionaría a Juntos por el Cambio, Macri y Bullrich salieron a defender la nueva alianza política. Lo hicieron de manera pública pero nada dejaron en claro qué se acordó entre Macri y Javier y Karina Milei, los primeros en llegar a la residencia de Macri.
Poco más de una hora insumió la reunión del trío hasta llegar a una negociación entre los tres. Macri exigió, y por lo visto lo logró, que el Ministerio de Justicia (Germán Garavano), de Turismo y Deportes (Diego Santilli), Seguridad (Patricia Bullrich), la conducción del Banco Central (Federico Sturzenegger o Guido Sandleris), Transporte (Ibarra o Dietrich), YPF (Javier Iguacel) y la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) queden en manos de Macri.
Una negociación que, además de acelerar el quiebre en Juntos por el Cambio, produjo fracturas en las filas del intolerante Milei. Por lo pronto, su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, se despachó de la negociación a través de la prensa. “Le cayó para el orto, cómo querés que le caiga, nosotros queremos ser un cambio de verdad, terminar con la casta”, confiaron en el entorno de la candidata, asegurando que esto no va a quedar así. Y agregó la misma fuente: “Que Macri ni crea que esto es el PRO o Juntos por el Cambio, a nosotros no nos va correr con la guita, mucho menos con carpetazos”.
Mientras este culebrón político comienza y no queda en claro cuál será el final de la historia, Jorge Macri resiste la presión de su primo. Resiste luego de recibir, de muy buen modo, el gesto político de Daniel Santoro al desistir de participar de una segunda vuelta. Un gesto que, dentro de toda construcción política, tiene su ida y vuelta.
La, por ahora, neutralidad de Jorge Macri tiene su razón de ser en tanto y en cuanto el nuevo jefe de gobierno de CABA tiene en el mediano plazo la posibilidad de disputar una instancia presidencial. Mauricio Macri también tiene las mismas pretensiones. La diferencia es que, si Milei triunfa, su ambición quedará en el camino. Sin embargo, Jorge Macri, cualquiera sea el resultado y en tanto y en cuanto sepa mover, por estas horas, las fichas, tendrá un camino allanado y una gran vidriera: el gobierno de CABA.
En tanto, gente de su extrema confianza salió a involucrarse en la debacle de JxC. Tal el caso de la intendenta Soledad Martínez quien cuestionó al radical Martín Lousteau luego de que el ex embajador de Macri lo acusara, a éste, de ser el responsable del quiebre de JxC. Una postura, la de la intendenta, que no dejó de llamar la atención toda vez que no es muy afecta a salir públicamente a jugar este tipo de partidas. Tano Jorge Macri, como Soledad Martínez, que a esta altura no le deben nada a nadie, prefieren sortear definiciones en medio de tanto descalabro.
Mientras esto sucede, desde la UCR y la Coalición Cívica, el propio Larreta y no pocos gobernadores, diputados y dirigentes, por caso Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, han cuestionado la negociación de Macri con Javier y Karina Milei. Anticipando, por otra parte, que no votaran por la ultraderechista alianza, ahora, re oxigenada con la incorporación de Mauricio Macri como capital del tren.
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