Afectados por el modelo: clase media, PyMes, comercios barriales y sectores vulnerables
Viejas recetas con un nuevo y excéntrico cocinero que intenta fabricar pan con tierra
Misiones: Docentes y policías unidos contra un modelo nacional que no les envía dinero, esto sucede mientras el presidente y todos sus funcionarios se aumentaron escandalosamente los sueldos.
La realidad habla por sí misma. Tanto que los principales indicadores sociales y económicos, oficiales y privados, coinciden en destacar una alarmante recesión que afecta particularmente a la clase media, a las PyMes nacionales, a comercios barriales y a sectores más vulnerables de la población. El disparador de semejante desplome y caída de la actividad industrial, productiva y de consumo proviene de la aplicación de medidas económicas instrumentadas por el gobierno nacional. De 12 indicadores socioeconómicos que mide el INDEC, 9 dan a la baja.
Si la pobreza era preocupante en noviembre, 41,7% en el segundo semestre de 2023 e indigencia 11,9%, en apenas 150 días, la cifra (pobreza) se disparó por arriba del 48%; más de 22 millones de personas. Lo que nunca antes en la historia había sucedido, en apenas 6 meses de gobierno, Javier Milei elevó la pobreza en casi 10 puntos. Nunca antes un gobierno había dañado tanto en apenas unos meses.
Detrás de estas cifras, donde hay millones de personas, existe una maquinaria política que puso en marcha un modelo político-económico comprobadamente fracasado. Pruebas al canto, sólo un par de millones de personas, y empresas, podrán pasar el tamiz que interpuso el oficialismo.
A raíz de este modelo, que satisface a grandes grupos económicos -especialmente extractivistas-, en desmedro de Pymes e industrias nacionales, y del sector agropecuario, más 275.000 cuentas sueldo fueron cerradas en todo el país. Además, siempre dentro del ámbito del trabajo, 95 mil trabajadores de la construcción quedaron en la calle, en su mayoría debido a que el gobierno eliminara la obra pública. Milei recibió el país con un 6% de desocupación. En la actualidad la cifra estaría orillando el10%. Recibió un país con un 8,3% de inflación de noviembre, 120 anualizada. Milei la llevó a niveles escandalosos: devaluó 118%, la inflación de diciembre la llevó al 25,5%; la actual 8,8%, lo que da una cifra acumulada bajo su gestión cercana al 80%.
Desde la oficina del Banco Provincia, que analiza consumo y productividad, se encendieron luces rojas. El consumo cayó 35%, tal cual recabó la entidad bancaria a partir de datos aportados por la cuenta DNI. Desde CAME -Confederación Argentina de la Mediana Empresa-, a partir del relevamiento que realizan entre sus asociados, Pymes y comercios, revelaron una caída considerable de consumo:12,6%. En tanto, la caída en la industria Pyme, siempre de acuerdo con lo relevado por CAME, fue del 11,9%.
El consumo de leche cayó un 20%, mientras que el de pan un 45%, siempre dentro de marzo. En tanto, la capacidad industrial instalada paso del 70% en noviembre a un 54% en marzo.
No menos alentadora es la recaudación impositiva. Es la AFIP quien, a partir de los ingresos, denuncia merma en cuanto a recaudación de impuestos: un promedio cercano al 20%. Cayó también la importación de insumos lo que da la pauta del bajo nivel de productividad.
En materia salarial, la realidad también sacude los bolsillos. Peor aún la pasan los jubilados: el ajuste recayó como un rayo mortal sobre sus haberes, perdieron un 36%. El ajuste del gobierno de Milei lo paga, en primer término, este sector etario de la población.
Si en el 2002 la clase media fue expoliada -robada-por el corralito bancario que se quedó con el dinero de los ahorristas, en la actualidad la situación no es muy distinta. Mes a mes la clase media tiene que recurrir a sus ahorros (dólares o pesos) para poder comer y pagar tarifazos en materia de servicios, de prepagas, transporte, combustible y cuotas educativas, por caso. Siete de cada 10 personas que recurren a las casas de cambio, van a vender sus dólares. Es decir, si antes le robaron de un saque los ahorros, ahora se los van chupando de a poco.
Peor todavía la pasan los comercios barriales. A la caída de ventas se le añaden tarifazos, gas, agua y luz. Locales que abonaban cifras cercanas a los 70 mil pesos de luz, hoy deben abonar arriba de 287.238 mil. La crisis también sacude a clubes barriales, universidades y centros de salud. A todos estos sectores, los tarifazos los están sacando de la cancha.
Los despidos y suspensión de turnos en fábricas es una postal que remite a tiempos de Juntos por el Cambio, pero más aun a la presidencia de Carlos Menem que dejó un país con una cifra cercana al 20% de desocupación y un 48% de pobreza. En ambos gobiernos, el hilo conductor fue el libre mercado, liberación de importaciones, reducción de impuestos para grandes contribuyentes y salarios alejados de la canasta básica universal.
En esto de bajar impuestos, Javier Milei acaba de anunciar que bajará impuestos a sectores concentrados de la economía. Es decir, grandes grupos económicos.
El mundo capitalista serio, tolerante y que pone al Estado al servicio de la producción y el trabajo con desarrollo social y movilidad social ascendente, avanza hacia otra dirección. Pone el acento en los grandes capitales. Les cobra, aun con las dificultades y presiones del caso, más impuestos a los que más tienen. No se le ocurriría, a ningún presidente sensato, tolerante, invitar a delinquir, eludir impuestos o fugar divisas.
Esto sólo pasa en la Argentina de Milei. Una Argentina violentada y sometida a una crisis que, más allá del falso relato que pretende montar el primer mandatario apañado por algunos empresarios y operadores mediáticos, está ratificando que el modelo que pretende instalar, al igual que lo plasmado en otras oportunidades, se encamina a satisfacer a una porción muy pequeña de la población. Con el agravante que Milei descree de sentimiento patriótico, de espíritu republicano y democrático, desprecia la educación y salud pública y sólo cree en un Estado al servicio de intereses sectoriales.
Comments