Sergio Massa el dolor de Cabeza para Larreta y Vidal
El tigrense ha comenzado a trabajar sobre aquel electorado que,día a día, descubre que Juntos por el Cambio "ya fue".
Foto archivo
por: Tano Armaleo.- A poco menos de un año de las elecciones nacionales de medio término -legisladores y concejales-, el andamiaje electoral ha comenzado a moverse en todos los espacios políticos. Donde más ruido se está escuchando es en Juntos por el Cambio. Especialmente, porque el liderazgo que supo tener Mauricio Macri ha caído en desgracia. Las últimas estocadas públicas que recibió el ex presidente llegaron de la boca de la psicópata Elisa Carrió y del gobernador de Jujuy, el radical, Gerardo Morales. Ambos coincidieron que Macri "cumplió un ciclo", “ya fue” aseguró Carrió. Sin tanta estridencia, Horacio Rodríguez Larreta y María Vidal también tienen el convencimiento de que “Macri ya fue”. No lo dicen de manera taxativa y publica. Sí lo dejan en claro en la intimidad y en innumerables gestos políticos. Por casos no asistiendo a reuniones o suscribiendo a documentos elaborados por Patricia Bullricch
Larreta, al igual que María Vidal (esta ya es otra interna dentro de la interna), apuesta a un proyecto presidencial que incluya a sectores que en las últimas elecciones le dieron vuelta la cara. En especial, nos referirnos,a la clase media, aquella que le permitió ganar en el 2015 y en el 17 y que fuera duramente castigada por Juntos por el Cambio. No mejor la pasaron los más humildes que directamente fueron dejados de lado; descartados diría el papa Francisco. Así y todo, Juntos por el Cambio, si un logro tuvo fue, como buena derecha neoliberal, haber ganado una batalla cultural: convenció a un buen sector de la clase media y de trabajadores, que un 3000% de tarifas es algo normal; que bajar salarios no está mal; que si se es trabajador o pequeño comerciante difícilmente se merezca tener una vivienda digna, vacaciones o un buen celular; mucho menos aire acondiciondo.
Larreta, mientras analiza cómo construir liderazgo, procura sacarse de encima a Macri a sin que esto se note mucho. Además, intenta sumar y atraer a dirigentes de otras vertientes políticas y evita confrontar con los que quieren “Vidal presidenta” -grupos económicos y mediáticos- . Sin embargo, su gran dolor de cabeza es Sergio Massa. Sí, el presidente de la Cámara de Diputados, líder del Frente renovador y socio activo y relevante dentro del Frente de Todos. Junto a Cristina Kirchner y Alberto Fernando, el tigrense en esta suerte de tridente peronista le toca el rol de seguir sumando voluntades en la denominada clase media. Especialmente aquella que, a la distancia y sin Macri en el poder, comienza a analizar que eso fue un mal trago, un engaño.
Si bien el Frente de Todos tiene un nivel de aceptación electoral similar al logrado en las elecciones del 2019, lo que le permitió el triunfo electoral, la lógica necesidad de seguir sumando voluntades lo lleva a sembrar en esos votantes desencantados por el macrismo. Massa es una espada potable y viable a la hora de ir en busca de esos votos. Deberá ir generando confianza, por cierto, aquella que en su momento supo tener en términos electorales como en 2013. Algo similar sucede con Sergio Berni, un “soldado de Cristina” en la provincia de Buenos Aires, quien también con su discurso intenta llega a los más “derechizados” de la vida.
Por lo pronto, Massa -de muy buena sintonía con Máximo Kirchner con quien comparte el armado en tierras bonaerense-, ha comenzado a conjugar la compleja actividad legislativa con la alquimia de ir persuadiendo a más gente de las ventajas que significa tener un gobierno (Frente de Todos) que cuida y defiende los mismos intereses que la oposición y la prensa concentrada dice engañosamente “quieren a arrebatar”; tal el caso de la propiedad privada. De este modo, el presidente de la Cámara de Diputados, con la lógica anuencia de Alberto Fernández, no sólo se dispuso a caminar más intensamente el conurbano, lo propio a está realizando recorriendo provincias.
Frente a la avanzada desplegada por Sergio Massa, en la cercanías de Horacio Rodríguez Larreta , con quien el tigrense tiene una estrecha amistada, mostraron preocupación. “Sergio no es boludo, es hábil con la palabra, tienen capacidad, y además, es un laburante de la política de las 24 horas, no nos podemos quedar dormidos”, comentaba un colaborador de Larreta que le maneja la agenda política.