Tibia y agresiva marcha de la derecha contra el gobierno del Frente de Todos
- Editorial Tobel
- 14 sept 2020
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Se fueron los policías sublevados llegó la bronca a la puerta de la Quinta de Olivos

Por. Tano Armaleo.-A diferencia de otras anteriores, la octava marcha opositora al gobierno nacional fue sustancialmente menor en cantidad de gente instigada a movilizarse. Sí fue similar en cuanto a la virulencia verbal y física, tal cual se pudo observar al momento en que periodistas de C5N fueron agredidos por desaforados que arremetieron contra la libre expresión. Una marcha que se dio violando las pautas de control sanitario que exige la pademia. Una movilización similar producida recientemente en Alemania, también por sectores de la derecha, fue reprimida fuertemente por la policial. En aquel país al igual que en Israel y tantos más, están prohibidas este tipo de prácticas debido a la pademia. Argentina cambió, ahora, nadie es reprimido o multado por salir a las calles.
La nueva movilización, motorizada por sectores ligados a Juntos por el Cambio, se dio en un complejo marco institucional en que la derecha local no oculta sus verdaderas intenciones. La fuerte pelea dentro de JxC que tiene a dos contendientes bien definidos, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, muy enfrentados, se trasladó a las calles. El ex presidente es de la postura de tirar la cuerda sin temor a que se rompa la institucionalidad y se fuera necesario se quiebre el pleno estado de derecho que impera en Argentina. La columna de opinión escrita en el diario La Nación el pasado fin de semana (sábado), expuso el verdadero rostro del ex presidente y del resto de los talibanes de Juntos por el Cambio: Bullrich, Waldo Wolf, Mario Negri, Miguel Pichetto, Elisa Carrió, Rodolfo Cornejo son la cara más visibles que apuestan al caos y confrontación permanente.
En aquel escrito, Macri insiste en que en Argentina “no impera el respeto a la Constitución Nacional”, “se violan derechos individuales con el pretexto de cuidar la salud”, “se prohíbe la libre circulación” y una serie más de falsedades que no hace más que retrotraer a viejos pensamientos que abonaron el camino para los golpes de Estado.
Que la derecha gane la calle podría resultar auspicioso dentro de todo marco democrático, en tanto y en cuanto la militancia alimenta la política y garantizaría una discusión y debate de ideas. No parece ser el caso de la derecha local que, además de no caérsele una idea o propuesta, busca la provocación y agresión como mecanismo de construcción política y sometimiento de sus conducidos. Y poco y nada le importa el respeto al voto popular. El odio al otro, al próximo, quedan expuestos en cada una de las marchas debido, seguramente, a dichos y escritos que alientan “pensamientos” como los que arroja el ex presidente.
Queda claro que quieren violentar al oficialismo. Subirlo al ring de la violencia. Y, si fuera posible, tirar un muerto. Con solo escuchar a los movilizados en estos meses, o a MAcri y Carrió, no es complejo comprender lo que significa la manipulación mediática y política que rige a la derecha local, que no es distinta, por cierto, a otras que se mueven por el mundo.Es cuestión de saber convivir, de ser tolerantes.