Cacerolazo de la infodemia, y de los mala leche
Ocultan la verdadera intención: flexibilizar aislamiento. sectores de Cambiemos se suma
Foto: El Estado destina varios puntos del PBI para cuidar a la gente y las economías, tal el caso de AySa que reparte agua gratuitamente
Motorizados por medios como Clarín y La Nación,y a instancias del AEA (Asociación Empresaria Argentina) que reúne a los diez grupos empresarios más poderosos del país -Techint, Edenor, Banco Galicia, Pegasu, los medios mencionados, y Aluar, Arcor,, entre otros- se convocó a un cacerolazo a modo de cuestionar el "costo de la política". Convocatoria disparada, supuestamente, por la buena leche del ciudadano de a pie vía redes sociales.Como era de pensar, las pantallas de TV alimentaron el cacerolazo que no tuvo alcance más allá de lo que una cámara de TV quiere mostrar,.
Por esas cosas nada extrañas, desde el bloque Juntos por el Cambio, con los diputados Cristian Ritondo, Mario Negri, Gerardo Bermejo,-un renglón aparte merecería Patricia Bullrich- y un par de senadores siempre del mismo espacio, salieron a exigir que "la política debe dar el ejemplo , que se bajen los sueldos de funcionarios, jueces, legisladores y todo eso vaya a un fondo nacional" para atender la lucha contra el COVID 19. Una puesta, cacerolas y bajar costos de la política, que obviamente también sumó a peronistas desquiciados que hasta ayer soportaron los trapos de Cambiemos -Miguel Angel Toma por caso-y la fuga de capitales y hoy pretenden engañar con el remanido verso de bajar el costo de la política. De llegarse a instrumentarse, verdaderamente, no movería el amperímetro en términos económicos.
Sin embargo, y engañosamente, estos sectores ocultan la verdadera intención que hay detrás del mencionado cacerolazo.Por un lado, flexibilizar el aislamiento, es lo que requieren empresarios como los de AEA. Bastaría leer a columnistas de Clarín y Nación para comprender y descubrir el valor de ser voceros de intereses sectoriales escudados detrás del periodismo. El otro lado que ocultan, es que no comulgan con el planteo político de Alberto Fernández en materia de pagos a bonistas y de deuda externa.
Pensar que blanqueado en el 2016, presentado en la AFIP, no más de 200 argentinos tienen depositados la friolera de 100.000 millone de dólares en paraísos fiscales. Y cerca de 300.000 millones de la misma moneda en similares guaridas, solo que sin declarar. Son datos suministrados por la Reserva de los EE.UU. Dinero, vale mencionar , que fueron fugados sin pagar impuestos, obviamente.Dinero de muchos de los que hoy aducen que no podrán pagar salarios.No quieren poner la mano en los bolsillos como sí hacen las PYmes y el comerciante de barrio que por estas horas, de verdad ,la está pasando muy mal,nada distinto que su vecino.
Ni hablar de los banqueros que luego de cuatro años de ganancias superlativas -más de 29.000 millones en el último trimestre de 2019- ahora, cuando el gobierno le sugiere bajar tasas esquivan el compromiso. Aducen que no tienen espalda. Son los mismos que reciben del Estado, cerca de 50.000 millones de pesos al mes por intereses de LELIC, sí,el invento de Mauricio Macri avalado por sus socios de Cambiemos.
Antes estos escenarios, el presidente apela a la contribución solidaria de éstos sectores. Cuesta creen que tengan veta solidaria. Aún cuando se muestran generosos con programas como de Responsabilidad Social Empresaria.
La pulseada está en pleno proceso, las presiones son fuerte y no reconoce ética; tampoco pruritos. Tanto que desde las pantallas de TV,-desde canal 13 a C5N o Crónica, meten pánico a la población con las mentadas placas de URGENTE, ALERTA, etc,y logran que más de un desprevenido salga con la cacerola bajo el argumento de que hay que achicar el costo de la política.para atender la pandemia. Y meten pánico contabilizando los fallecidos como si esto fuera una compulsa comparativa con otros países, cuando lo que buscan es mostrar dos modelos políticos y económicos. En términos informativos -o desinformativos para ser exacto- a este manejo mal intencionado hoy se lo denomina infodemia.