Vidal perdió: Heidi o leona, aún cabildea
En medio del debate legislativo por la Ley Fiscal, la ex prefirió borrarse
Por: Tano Armaleo.- Para muchos bonaerenses era Heidi, dicho esto en un marcado tono descriptivo de quien se vende por mucho más de lo que es, para otros, aquellos que abrevan sin analizar correctamente lo que ingieren porque así viene publicitado, era “una leona”. Estamos hablando de María Eugenia Vidal, ex gobernadora de Buenos Aires. En medio de una severa crisis provincial, devastad, y mientras la Legislatura debía tratar un tema trascendental como resultó ser la Ley Fiscal Impositiva que fija los nuevos montos en materia de impuestos -Ingresos Brutos, Inmobiliario, por caso-, optó por ausentarse. Prefirió una linda luna de miel en París antes que comprometerse, y conducir a la diezmada y desorientada tropa de Juntos por el Cambio.
El tratamiento legislativo que debía analizar la iniciativa impulsada por el gobernador Axel Kicillof -aumentarles a los que más (tienen) pueden pagar: exportadores, importadores, grandes industrial, latifundistas, cableoperadores, e industria farmacéutica, por caso; esto significa que las arcas provinciales dejará de percibir cerca de $10.000 millones-, mostró que dentro del espacio de Cambiemos reina el caos, la falta de conducción política.
Las intervenciones, muchas ellas bien intencionadas y con el afán de alcanzar acuerdos sensatos, de intendentes como Jorge Macri, el radical Gustavo Posse, y el macrista Néstor Grindetti, al igual que el libero Diego Valenzuela, y de legisladores que no terminaban de materializar una postura clara y única para enfrentar el proyecto oficial, revelaron que Juntos por el Cambio marcha de manera errática.
Fue evidente que Vidal nunca mostró capacidad de conducción política. Esto quedó ratificado durante todo el proceso del tratamiento legislativo. En el llano, cuando el poder formal ya no duerme con uno o una, es donde emergen los leones, leonas, o yeguas, que muestran las garras. No fue el caso de Vidal -educada en términos políticos con un dirigente de fuste político como resulta ser Horacio Rodríguez Larreta- que aún no termina de digerir la derrota y de comprender que estancada en la disputa con Mauricio Macri y superar la mediocridad que ostenta el ex presidente, le impide dar un salto cuantitativo y cualitativo .Es lo que reclaman no pocos dirigentes de Cambiemos.
Si de verdad quiere conducir los destinos de Cambiemos en Buenos Aires, corriendo del principal escenario a figuras como Jorge Macri, Emilio Monzó y Gustavo Posse -son los que por ahora asoman-, Vidal deberá optar en seguir siendo Heidi o leona.