Cambiemos se pinta la cara y le pone palos al presidente Fernández
A una semana de asumir niegan quórum
Por: Tano Armaleo.- Todo indica que a instancias de Mauricio Macri y Vidal, legisladores de Cambiemos anticiparon que por las dudas, y a modo de poner palor en la rueda, se opondrán a los proyectos legislativos - denominado Solidaridad- que Alberto Fernández intenta impulsar en el Congreso. Por lo pronto, los diputados Aldo Negri titular de bloque Juntos por el Cambio y Cristian Ritondo, presidente del bloque PRO, anticiparon que no “votarán los proyectos tal cual vinieron de Poder Ejecutivo”. En realidad, la postura de Cambiemos tiene anclaje legislativo; ingresa dentro de las reglas de juego democrático. El tema de fondo es que la gravedad social y económica requiere grandeza y seriedad institucional. Cabe recordar que el peronismo tras la llegada de Mauricio Macri, le dio quórum y en algunos casos levantó la mano, cuando el gobierno así lo requería.
Ahora, en el rol de militantes opositores, Cambiemos se pinta la cara para dar batalla sin darle respiro a Alberto F. Sin embargo y con buen criterio y modo de anticiparles los proyectos, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa les envió el escrito de Ley de Solidaridad., a los legisladores a fin de que lo estudien. Sin embargo, y en sintonía con lo expresado por Macri y Patricia Bullrich, Cambiemos ha comenzado la cruzada contra el actual gobierno: mno darán quórum. En alianza con un sector del campo y grupos mediáticos, cuestionan las recientes medidas políticas presentadas por Alberto Fernández.
¿A qué se oponen los cambistas?, concretamente a cambiar la anterior ecuación política donde la especulación financiera, los tarifazos, la apertura indiscriminada de importaciones, la baja de salarios y haberes jubilatorios dejaron a millones de personas en la banquina. Y a 15 millones de inmersas en la pobreza, 12% de desocupación, y más de 24.000 Pymes cerradas.
Los anuncios del peronista Fernández , enmarcado dentro de un plan político-económico, no hacen más que ratificar que la intención del gobierno pasa entre otras cosas, por recuperar la industrial nacional, las Pymes, el trabajo, garantizar alimentos a esos 14 millones de pobres, reducir el déficit fiscal, hacerse de dólares para poder pagar la pesada deuda, mejorar haberes jubilatorios, y asignaciones familiares, cobrarle impuestos al capital depositados en guaridas fiscales (más de 110.000 millones de dólares declarados en el último blanqueo).
En definitiva, propone sensatez y sentido común: quienes más tienen, más deben aportar. El plan no es otro que la maquinaria de la producción vaya enterrando, paulatinamente, a la Argentina especulativa y timbera a fin de que la población vaya comenzando a recuperarse del drama en que se encuentran inmersa. Es cierto, no se le puede pedir solidaridad y sensibilidad social a quienes se consideran una clase superior. La batalla es cultural y Alberto Fernández, con toda paciencia del caso y sin bronca, está dispuesto a darla.