Macri se despidió en la "plaza de la traición"
Continúo con el falso relato y omitió mencionar a Michetti, Vidal y Larreta
"Esto recién comienza", dijo el presidente Mauricio Macri en Plaza de Mayo y frente a miles de personas muchas de ellas movilizadas por intendentes y punteros de Cambiemos. Esto sucedía el pasado sábado y por lo que se pudo observar y analizar, fue la Plaza de la Traición. Una traición impulsada por el propio Mauricio Macri que renegó de su mejor equipo, omitió mencionara a su compañera durante tantos años de gobierno, Gabriela Michetti, y ninguna mención a quienes se erigen como principales rivales dentro de Cambiemos, Horacio Rodrígez Larreta y María Vidal, hasta ayer nomás,” lo mejor que nos pasó a los argentinos”. Tampoco hubo mención al devaluado radicalismo y a la psiquiátrica Elisa Carrió
Macri, cuidando el falso relato con el que se ha guiado durante toda su vida y ante la falta de logros objetivos en materia social y económica, sólo pudo poner el acento en supuestas ponderaciones en materia institucional. El acto de despedida fue con una plaza en que la bronca y el odio estimulado por Cambiemos, volvieron a dar el presente.
Con toda la intencionalidad de caso, esquivo rescatar a aquellos y aquellas que lo acompañaron durante estos años. Anunció que seguirá insistiendo con la política. Prometió se ser una oposición “responsable” que no dudara a la hora de movilizarse y fustigar al nuevo gobierno si no hace lo que él considera justo.
“Gracias a todos ustedes por tanto amor y tanta convicción. Gracias al equipo de gobierno a Juntos por el Cambio, a mi esposa, a mis hijos, a Miguel (Pichetto) que se transformó en un baluarte. Los abrazo con todo mi corazón. Hasta pronto porque esto recién comienza", manifestó frente a Casa Rosada. Dicho esto a pesar que María Vidal estuvo con su cara de ojete en la Casa Rosada. En las cercanías de la mandataria provincial mostraron el cuchillo en la boca en señal de que “esto recién empieza, esto fue un certificado oficial de distanciamiento, hasta acá llegamos”. Dolidos y defraudados, los vidalistas vieron en esa plaza la otra cara de la moneda, la de la traición.
