17 de Octubre con mucha bronca, rica historia y escasa mística
Actos y espectáculos en todas las plazas de país a modo de respladar al gobierno del Frente de Todos
A 76 años de histórico 17 de octubre de 1945, el peronismo y un amplio sector del denominado campo nacional y popular, enrolado en el Frente de Todos, se estará reuniéndose en Plaza de Mayo. Lo hará con la bronca de un traspié electoral (PASO), una inconmensurable y rica historia comenzada en aquella fecha, y escasa mística y épica.
Seguramente, las plazas de todo el país estarán repletas y dejando en claro que el poder de movilización aún persiste en los ADN nacidos aquel 17 de octubre. Fecha en que, no poco historiadores y sobre todo la voluntad popular, coincide que se da vuelta la historia nacional. Y para bien del internes nacional y popular. A partir de aquel 17, el país ingresa en el camino de la justicia social, la independencia económica y soberanía política; y el de la dignidad humana para los humildes de la patria. Valores que la derecha nunca le perdonarían el Justicialismo. Aun hoy no lo perdona. Antes, esa derecha reaccionaria recurría las botas, golpes de Estados, para desplazar la voluntad popular. Ya, no. Ahora, tiene votos, al Poder Judicial sometido, y a un amplio sector de la prensa complice que logra naturalizar los falsos relatos y mentiras profesadas por la derecha.
Así y todo, el peronismo continúa de pie. Soportó el bombardeo y matanza en Plaza de Mayo, la persecución y asesinato de sus dirigentes, resistió 18 años hasta que logró que Juan Perón regresara el poder. Sufrió la desaparición de 30 mil personas, militantes en su mayoría. Y sigue de pie. Y sigue de pie en un país con un 42 % de pobreza. Si Perón cambió la historia, Néstor y Cristina Kirchner la recuperaron, en la actualida, el peronismo se encuentra en deuda. Cierto es que las dos pandemias dejaron minusválido y con poca creatividad al gobierno.
Si gobernar es animarse, tomar decisiones que resulten osadas para el mercado, precisamente la alianza gobernante no estuvo a la altura de las circunstancias. Aun habiendo materializado muchas concreciones para atender la pandemia asistiendo a la población y la industria, esto no fue suficiente. Faltó y falta lo que siempre tuvo el peronismo, mística, épica. Bastaría ir a las 20 verdades para conocer por dónde transitar cuando se llega al gobierno. Si esto no fuera suficiente, deberán echar manos al libro Comunidad Organizada y, si esto no alcanzara, tendrían que recurrir al manual de conducción política. No alcanza militar barrios humildes si no se es capaz de sumar a estos vecinos a ser parte efectiva de una lista electoral o el gobierno nacional. Y lo mismos sucede con el trabajador. Para el doble discurso está la derecha.
Es evidente que las nuevas generaciones encontraron en Néstor Kirchner la puerta de ingreso a la militancia política. Fue el mismísimo ex presidente que le sugirió capacitarse, formarse para gobernar. A la luz de los acontecimientos, esto no fue lineal. Funcionarios que no funcionan, el no animarse priorizar gobernar para aquellos que lo votaron -sin que esto implique enfrentar al adversario rompiendo puentes, el peronismo siempre los tiende -, y sin mística y épica política, el 17 de octubre, Día de la Lealtad, encuentra a la gran familia peronista con más bronca que consignas y metas claras que enamoren a aquellos que, ayer nomás, mostraron clara adhesión.
Es la primera vez que el peronismo gobierna bajo un paraguas de alianza. Si bien siempre fue frentista, cierto es que en aquellos gobiernos había una conducción centralizada. A diferencia de aquellas experiencias, positivas por cierto, hoy es una alianza, la del Frente de Todos, que se nutre con miel justicialista pero hay matices que por lo visto, no terminan de lograr plasmarse en una síntesis que llegue a la militancia de manera acabada. La bronca podrá ser un buen combustible para llenar una plaza, y respaldar al gobierno. Y quienes gobiernan podrán , llegado el caso, realizar una adecuada lectura. Seguramente, esto no alcanzará. Faltará aquella mística de la que tanto hablaba Perón a fin de poder “emprender cualquier mudanza” y dar soluciones concretas a una patria entregada por imperio de la derecha al FMI y a la voracidad empresarial, con todo lo que esto implica e implicará, para la población y las futuras generaciones
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